Como se Hace
- Santiago Pajon
- 24 abr 2020
- 2 Min. de lectura
El proceso de producción de las velas es bello y simple, consiste en tres pasos en los cuales el producto terminado es de la mejor calidad.
Comienza con la selección y fundición de la parafina. Utilizando solo material de la mejor calidad, de origen nacional e importado, se calienta lentamente con cuidado de no permitir el ingreso de contaminantes o agua a la fundición. El calentamiento lento permite trabajar de forma segura evitando accidentes. En esta parte del proceso también se ajusta el color, de forma artesanal y con cuidado de tener en cuenta el color natural de la materia prima, que puede variar un blanco profundo y brillante a un color amarillo tenue con aspecto rustico y antiguo.
Una vez se tiene el producto completamente líquido, un poco menos espeso que el aceite de cocina, y el color ajustado al deseado en el momento, se procede a la etapa de modelado, en la cual se introduce la parafina en moldes y maquinas para darle forma según las referencias requeridas. Las formas pueden variar desde nuestras velas de uno punto cinco centímetros de diámetro, pasando por frascos y fanales hechos a medida, hasta cirios de diez centímetros de diámetro y un metro de largo.
Para finalizar, después de tener la forma deseada y haberse enfriado a temperatura ambiente, se toma cada vela o veladora de forma individual y se procede a la envoltura y etiquetado, donde de forma manual se agrega una película de celofán para la protección de los velones, se inspeccionan en búsqueda de defectos de fabricación como huecos o fisuras que podría haber dejado el enfriamiento de la parafina. Por ultimo se etiquetan con la correspondiente referencia y son empacadas para su despacho.

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